Atalanta, el dilema de la libertad o el amor

jueves, 4 de septiembre de 2014
Recién llegada de un breve recorrido a pie por el Camino de Santiago, de Burgos a León, vuelvo a descubrir que prefiero disfrutar tranquila del paisaje que llegar la primera al destino.

Pero me encontré con muchas personas que sí van corriendo a toda costa para alcanzar su objetivo, perdiéndose a veces las maravillas del sendero.  Me recordaron a Atalanta, una heroína y cazadora de la mitología griega, con el afán de ganar cueste lo que cueste.

Mi Atalanta.
El mito de Atalanta, que dibujé para el mes de septiembre en el calendario de Las Diosas que hay en Ti 2014, representa a la mujer que se enfrenta al dilema de la libertad o el amor. Son aquellas señoras que se han pasado media vida persiguiendo objetivos únicamente en el mundo exterior y llegado el momento se detienen a reflexionar si aún merece la pena seguir así.

El caso es que esta diosa virgen fue abandonada en la cumbre de una montaña y amamantada por una osa. Su valor y destreza eran famosos en toda Grecia. Al morir su amante y compañero, dejó los montes  donde vivía para ser reconocida heredera del trono. Le surgieron multitud de pretendientes pero ella los rechazó a todos.

Ante el clamor popular, dijo que se casaría con el hombre que pudiera vencerla en una carrera a pie.  Si éste ganaba, se casaría con él; en caso contrario, perdería la vida.  Carrera tras carrera, Atalanta siempre vencía. Finalmente, Hipómenes, que la amaba de verdad pidió ayuda a Afrodita, quien le dio tres manzanas de oro para que las utilizase en la carrera.

Primera manzana: Conciencia del paso del tiempo: En los inicios de la carrera Hipómenes arrojó la primera manzana al paso de Atalanta.  Ésta quedó absorbida por su belleza resplandeciente y disminuyó el paso para recogerla. Reflejada en ella, vio su propio rostro distorsionado por las curvas de la manzana. “Este es el aspecto que tendré cuando sea vieja” pensó para sí.

Muchas mujeres activas no son conscientes del paso del tiempo hasta la mitad de su vida, cuando se desvanecen los desafíos o la persecución de metas. Por primera vez, se dan cuenta de que no son la eterna juventud y reflexionan sobre el curso que llevan sus vidas y adónde las está llevando.
 
Atalanta por Pierre Lepautre
Segunda manzana: Conciencia de la importancia del amor.  Después, Hipómenes lanzó la segunda manzana en el camino de Atalanta. Ésta, concentrada en la carrera que sin esfuerzo estaba ganando,  se detuvo para recogerla. Fue cuando empezaron a surgirle recuerdos de su amante fallecido. Las añoranzas de cercanía física y emocional son agitadas por Afrodita.
Atalanta e Hipómenes por Jorge Selfa

Cuando se combinan con la conciencia de que el tiempo pasa, el foco de atención de una mujer independiente tipo Artemisa se desvía hacia una nueva receptividad al amor y a la intimidad.  Si el amor llega a través de otra persona, este tipo de mujeres más autónomas reconoce necesitar el contacto íntimo tanto como la independencia.


Tercera manzana: Instinto de procreación y creatividad. La línea de llegada estaba ya a la vista cuando Atalanta se aproximaba a Hipómenes. Ya estaba a punto de sobrepasarle y ganarle cuando éste dejó caer la tercera manzana. Ella dudó un instante: ¿Tenía que cruzar la línea de llegada y ganar o tomar la manzana y perder? Atalanta escogió coger la manzana en el momento justo en que Hipómenes cruzaba la meta y ganaba la carrera y a Atalanta como esposa.



Atalanta e Hipómenes por Guido Reni
El instinto de procreación que inspira la diosa Afrodita, favorecido por la diosa de la maternidad Deméter, calma a muchas mujeres centradas en conseguir objetivos. A estas mujeres a menudo les sorprende la urgencia imperiosa de tener un hijo entre los treinta y los cuarenta años.  

Pero la tercera manzana de oro también puede representar algo distinto a la creatividad biológica. Alcanzar metas se vuelve menos trascendente después de la mitad de la vida. En su lugar, la capacidad femenina de procrear puede enfocarse en alguna otra vía de expresión personal. 

Así que, al igual que Atalanta, una mujer debe elegir qué es lo más esencial para sí misma en cada momento. El amor, la independencia, la procreación, la expresión personal…

¿En este momento de tu vida qué es para ti fundamental? 

¿Es posible tenerlo todo o hay que elegir?

Eso me pregunté mientras caminaba por esos desiertos trigales de Castilla y aún ando cavilando la respuesta.


Feliz septiembre.

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